Graciela Ocaña, candidata al Senado: “La corrupción en Argentina no solo roba dinero, en muchos casos, mata”

Conocida por su papel en la lucha contra la corrupción y su trayectoria en la gestión pública, Ocaña advirtió sobre los riesgos estructurales que la corrupción impone al Estado y a la vida cotidiana de los ciudadanos.
“Cuando una sociedad no aborda este tema, deja una puerta abierta para que el dinero de los contribuyentes se pierda. La corrupción evita la competencia, genera sobrecostos y, en muchos casos, mata. Lo vimos en rutas que nunca se hicieron y costaron vidas, o en medicamentos falsificados que no llegan a los pacientes”, enfatizó.
UN DESAFÍO CONTRA LAS ESTRUCTURAS DE PODER
Ocaña reconoció la dificultad de competir frente a lo que describió como “el aparato político” que, según señaló, con frecuencia se impone por encima de las ideas y propuestas. “La sociedad a veces está anestesiada. Se justifica la corrupción con frases como ‘roban, pero hacen’, y eso es un error profundo”, afirmó.
La candidata insistió en que su fuerza política busca representar los intereses de los porteños en el Senado, con el objetivo de desplazar al kirchnerismo de la banca minoritaria que actualmente ocupa. Entre sus prioridades legislativas mencionó la ley de ficha limpia, la eliminación de las jubilaciones de privilegio y reformas que apunten a la equidad en los regímenes estatales.
REFORMAS ESTRUCTURALES EN LA AGENDA
Más allá de la coyuntura electoral, Ocaña remarcó que Argentina enfrenta debates impostergables. Entre ellos mencionó la sustentabilidad del sistema previsional, clave en un país que envejece rápidamente y que, según la diputada, necesita adaptarse para garantizar seguridad social a largo plazo.
Otro de los puntos centrales de su propuesta es la formalización del empleo mediante la reducción de impuestos al trabajo. “No podemos seguir tolerando que gran parte del empleo sea en negro. La única manera de revertirlo es aliviar la carga impositiva sobre quienes producen”, sostuvo.
También reivindicó su papel en la creación de la boleta única de papel, un proyecto que considera un avance democrático fundamental. A su entender, este mecanismo permitirá al elector mayor independencia a la hora de elegir, además de generar un ahorro significativo para el Estado.
“Tenemos la oportunidad de discutir las reformas que Argentina necesita, con seriedad, sin consignas vacías ni levantamanos. El país no puede seguir postergando estas transformaciones”, advirtió.
El llamado a la participación ciudadana En un contexto de creciente desafección política, Ocaña hizo un llamado a los votantes de la Ciudad de Buenos Aires: “En la última elección casi el 46% de los vecinos no fue a votar. Esa ausencia es un error, porque quienes sí participan terminan decidiendo por el resto. Votar es la manera más directa de expresar nuestra voz y dar un mensaje”.
Con un mensaje centrado en la ética pública, Graciela Ocaña se posiciona como una alternativa que busca capitalizar el desencanto ciudadano con la política tradicional. Su desafío: convertir la lucha contra la corrupción en una bandera electoral capaz de transformar indignación en apoyo en las urnas.