ECONOMÍA
Se incrementó la crisis de la industria nacional del juguete
La Cámara Argentina del Juguete advirtió un escenario crítico para el sector tras la fuerte apertura importadora impulsada por el Gobierno Nacional. Con ventas estancadas, nuevas reglas de certificación y más de 500 operadores importando, el mercado quedó saturado y sin señales de recuperación.
1° de Diciembre de 2025
La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) advirtió que el sector atraviesa un fin de año crítico. Detallan que se debe al fuerte incremento de importaciones habilitado por el Gobierno Nacional, que generó un mercado saturado y ventas por debajo de lo esperado. La advertencia llegó tras un relevamiento que muestra un consumo estancado en jugueterías, comercios de cercanía y cadenas de supermercados, en un momento tradicionalmente clave para el rubro.
Desde la entidad explicaron que las facilidades otorgadas para importar modificaron por completo la dinámica del mercado. Entre enero y octubre ingresaron US$91,3 millones en juguetes, con un aumento interanual del 59,5% en valor y del 94% en volumen, impulsado principalmente por China. El gigante asiático concentró más del 85% del valor total. En un solo año, el sector pasó de 199 a 530 importadores, un salto sin precedentes para un mercado que, aseguran, hoy tiene una demanda en retroceso.
La CAIJ indicó que esta apertura permitió la llegada de productos de precios mucho más bajos, lo que generó una fuerte presión sobre la industria nacional. Según expresaron, la combinación de un consumo debilitado y un ingreso masivo de artículos importados derivó en un “mercado saturado”, con empresas que trabajan con “niveles extremos de capacidad ociosa” y riesgo para la continuidad de comercios formales.
El deterioro también se refleja en los cierres de jugueterías históricas en distintos puntos del país, un indicador que —según señalaron desde la cámara— muestra la dificultad de competir frente a la oferta importada y al crecimiento de las compras puerta a puerta y del contrabando. Aunque la venta online creció, apenas representa el 25% del total y no compensa la caída en los locales físicos.
A esto se suma un problema adicional: la transición normativa en materia de seguridad del juguete, que generó incertidumbre tanto para las empresas como para las familias. Desde la CAIJ explicaron que en plataformas de comercio electrónico aparecen productos ofrecidos como “compra internacional” con supuestas certificaciones que no cumplen la normativa vigente. Organismos de países vecinos, dijeron, detectaron artículos con metales pesados y sustancias prohibidas, lo que impulsó nuevos reclamos por controles más estrictos.
Además, la entidad atribuyó parte de la baja en el consumo a cambios culturales: el aumento del tiempo que niños y niñas pasan frente a pantallas y la caída de la tasa de natalidad —un 42% menos desde 2015— redujeron estructuralmente la demanda.
Los reclamos del sector
Con este escenario, la Cámara del Juguete pidió al Gobierno Nacional una serie de medidas para equilibrar el mercado y proteger a los operadores que cumplen con la normativa. Entre sus principales pedidos se destacan:
Fortalecer los controles en las fronteras ante el ingreso de artículos sin certificación.
Exigir el marcado de conformidad en todas las publicaciones online.
Asegurar trazabilidad e intensificar la fiscalización en todo el país.
Controlar importaciones de bajo valor y subfacturación, que ingresan sin certificación y distorsionan precios.
Garantizar competencia leal entre industria nacional e importadores formales.
Desde la CAIJ remarcaron que la combinación de un mercado saturado, controles insuficientes y productos de bajo valor sin trazabilidad “pone en riesgo a toda la cadena”, desde fabricantes locales hasta importadores que sí cumplen con los estándares requeridos.
