Asistieron a la reunión algunos de los principales líderes del oficialismo a excepción nada menos que el presidente y titular del PJ nacional, Alberto Fernández, marginado en medio de las tormentas internas en la coalición kirchnerista.

El líder del Frente Renovador volvió a repetir en privado, hasta el cansancio, que no será candidato en las elecciones presidenciales. Argumentó que no cree que sea compatible ser ministro de Economía y, al mismo tiempo, competir por la sucesión de Alberto Fernández. Le bajó el tono a los enfrentamientos internos, e hizo eje en la gestión.

En la cumbre del oficialismo bonaerense el expresidente de la Cámara de diputados puso sobre la mesa la necesidad de lograr la unidad para tratar de ganar las elecciones. Hizo además un panorama de la situación de la oposición, habló de falta de liderazgo, dispersión y de lo que denominó “propuestas de dolor que fracasaron”. Los intendentes que asistieron a la reunión le agradecieron a Massa que busque mediar en la interna y cierto “orden” económico.

En la reunión de parte de la cúpula del Frente de Todos en el conurbano bonaerense los popes K se sentaron alrededor de una mesa rectangular, ocupada en el medio por los principales dirigentes, Massa, el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, el líder de La Cámpora y jefe del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, y la titular de la Cámara de diputados, la massista Cecilia Moreau. Además del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, el jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, y los intendentes.

Los asistentes comieron asado con ensalada mixta, y aseguran que hubo buen clima pese a los fuertes conflictos en el Gobierno. Además de Massa expusieron Kicillof y Máximo Kirchner, en una cumbre en la que hubo elogios para los logros de Massa al frente del Ministerio de Economía.

En 15 días el Gobierno reuniría a la mesa política del Frente de Todos, una de las puntas de lanza del kirchnerismo duro, en especial de La Cámpora. La convocatoria, una cesión del Presidente, sería a partir de un acuerdo entre Alberto Fernández, la vice, Cristina Kirchner, y Massa.

La lectura política de la cumbre del Frente de Todos es que el Presidente entiende que está en soledad, en su último año mandato, que la reunión de los caciques kirchneristas fue para evidenciar esa situación, y que la mesa política será para organizar el frente electoral del oficialismo, las candidaturas para las presidenciales.