POLÍTICA
La CGT se baja del Consejo de Mayo y prepara un plan de acción contra la reforma laboral
La conducción de la CGT atraviesa un punto de máxima tensión con el Gobierno nacional, tras conocer la última versión de la reforma laboral.
9 de Diciembre de 2025
La conducción de la Confederación General del Trabajo (CGT) atraviesa un punto de máxima tensión con el Gobierno nacional, tras conocer que el ala dura del oficialismo logró imponer la versión más rígida de la reforma laboral. La confirmación de que volverá a incluirse el artículo que limita las cuotas solidarias, clave para el financiamiento sindical, aceleró el clima de ruptura y motivó una respuesta inmediata de la central obrera.
En ese escenario, el titular de la UOCRA y representante de la CGT en el Consejo de Mayo, Gerardo Martínez, decidió no asistir a la reunión prevista para este martes en la Casa Rosada. Su ausencia se convirtió en el primer gesto concreto de malestar hacia el Gobierno y anticipó la postura que la central obrera llevará al encuentro de este jueves, donde el Consejo Directivo analizará un plan de acción.
La preocupación sindical se profundizó durante el fin de semana, cuando se reabrió la discusión interna en el Gobierno respecto de la restitución de artículos previamente descartados. Según dirigentes cegetistas, la presión del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, fue determinante para reincorporar el punto que condiciona el pago de las cuotas solidarias al consentimiento individual de los trabajadores.
La CGT había logrado previamente que ese artículo fuera eliminado en conversaciones con el sector político del Gobierno, encabezado por Santiago Caputo, Martín Menem y “Lule” Menem. Sin embargo, según trascendió la irrupción de Sturzenegger y el presunto respaldo de figuras como Patricia Bullrich revirtió el acuerdo inicial y tensó nuevamente la relación.
Dirigentes de la central obrera señalaron que el endurecimiento del Gobierno terminó de romper la expectativa de avanzar hacia una “modernización laboral sin pérdida de derechos”. A la par, advirtieron que la versión más dura de la reforma no incorpora consensos y anticiparon que la ofensiva oficial podría desencadenar un escenario de conflictividad creciente.
Mientras la Casa Rosada trabajaba en la presentación final del paquete laboral ante el Consejo de Mayo, la incertidumbre se profundizó, ya que la inclusión de los puntos resistidos por la CGT se mantenía en debate incluso horas antes de la reunión. El borrador enviado a los representantes fue puesto en revisión, aunque sin definiciones públicas sobre su versión definitiva.
El sindicato había participado de la última reunión del Consejo el 26 de noviembre, cuando Martínez expresó que la central impulsaba una modernización “sin perder derechos” y advirtió que, hasta entonces, no estaba claro si ese planteo se reflejaría en el proyecto oficial. Con la nueva versión en mano, la cúpula cegetista afirmó que varios de los reclamos no fueron atendidos.
La conducción sindical considera que la limitación de las cuotas solidarias, al depender del consentimiento individual, debilitaría el modelo de financiamiento previsto en los convenios colectivos. Para el oficialismo duro, en cambio, ese mecanismo representa un “peaje sindical”.
La restitución de ese artículo fue interpretada en la CGT como una señal de triunfo del sector más confrontativo del Gobierno, lo que aceleró los preparativos para una posible vuelta a las calles. Desde la central advirtieron que la decisión del Ejecutivo podría complicar la posibilidad de avanzar con acuerdos, en un contexto legislativo cargado y con definiciones pendientes de cara a las sesiones extraordinarias.
