Fernández, quien asumió el liderazgo tras una ajustada victoria en las elecciones internas, donde su lista "Unidad Radical" superó a la oposición por menos de 2.500 votos, destacó que su sector representa un radicalismo fuerte en los territorios.

Con el apoyo de 20 de los 27 intendentes radicales de la provincia, el dirigente se comprometió a trabajar para construir un proyecto alternativo que se aleje de los extremos representados por Milei y Cristina Kirchner.

A pesar de las impugnaciones y la controversia en torno al proceso electoral, Fernández se mostró optimista sobre el futuro del partido. "No podemos vivir de glorias pasadas", afirmó, instando a mirar hacia adelante y consolidar la UCR a nivel nacional.

Su objetivo es dotar al partido de mayor visibilidad y fortalecer su presencia en la política provincial y nacional.

Con un enfoque claro en la gestión y el diálogo, Fernández busca unir a las distintas facciones del radicalismo y trabajar en conjunto para enfrentar los desafíos actuales. En sus propias palabras, "necesitamos un radicalismo fuerte que sea alternativa de poder para los años venideros".